La pasión de niñas y niños de Oaxaca impulsa el talento y hace frente a la violencia
Patricia Briseño
VILLA DE ZAACHILA, Oax.- Apenas toca el timbre salen de la escuela, llegan casi corriendo a sus casas, comen un poco, y de inmediato se encaminan por las polvorientas calles de la colonia Vicente Guerrero, para encontrarse con su gran pasión: la música.
Son los alumnos de la Escuela de Iniciación Musical “Santa Cecilia, ubicada a un costado del tiradero municipal, quienes siempre llegan sonriendo, con los ojos vivaces y jugueteando.
Dispuestos a aprender algunos chicos apenas soportan el peso de los instrumentos, otros ni los pies pueden poner en el piso cuando se sientan frente al atril. Otros, empezaron a leer las notas, a la par que el abecedario.
Algunos son hijos de pepenadores, de albañiles, trabajadoras del hogar o choferes de mototaxis, pero tienen en común su pasión musical frente a la ola de violencia que acecha a la comunidad.
La historia
Hace seis años, un grupo vecinos del entonces asentamiento irregular, donde hoy habitan unas 15 mil personas, se acercó al párroco José Rentería Pérez a exponerle su preocupación sobre el futuro de sus hijos e hijas, hablaron sobre la necesidad de cambiarles la vida ante la marginación y problemática social de la colonia Vicente Guerrero, y otras que rodean el tiradero de basura a cielo abierto, donde depositan sus desechos 23 municipios, entre ellos, la capital de Oaxaca.
“‘De acuerdo’, les dije, pero necesitamos formar un grupo base que impulse el trabajo, ellos aceptaron ser la base; entonces nos asesoramos con los jesuitas quienes tienen una pastoral juvenil interesante y comenzó la formación no solamente religiosa sino humana”, cuenta.
“Me decían ‘no creo que les interese mucho el catecismo y venir a misa’; fue así que surgió la iniciativa de crear talleres de dibujo y pintura, de guitarra, mandolina y de solfeo. De ahí nace la Escuela de Iniciación Musical con 20 niños. De 2011 a la fecha ha tenido una acogida notable y actualmente casi son 100 alumnos de primero, segundo y tercer año”.
Cuando la música favorece el tejido social.

A seis años de su inicio, la Banda creció, y cristalizó en una Orquesta. Los más chicos tienen 6 años, mientras que los mayores 17. Niños y niñas que llevan en su sangre la tradición musical, herencia de sus padres nacidos en localidades indígenas, como la Sierra Norte y Sierra Sur, pero que migraron a la periferia de Oaxaca.
“Muchos dejaron las drogas, el alcohol y el pandillerismo. Dos jóvenes están becados en el Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe (Cecam), y aspiran a ingresar al Conservatorio Nacional de Música; otros chicos estuvieron como becarios en escuelas de música en Alemania y Francia”, comenta orgulloso el padre Pepe Rentería, como lo llaman cariñosamente.
Los papás también me dicen ‘a mi hijo le cambió la música el carácter, ahora nos relacionamos mejor’. Otros papás dicen que ‘con la música, (los jóvenes) difícilmente se van a ir a la droga o a la calle’. Hay cambios notables en muchos aspectos”, asienta.
Para la formación de la banda, los instrumentos fueron adquiridos con muchos sacrificios por los padres de familia y en otros casos de donaciones.
“Algunos instrumentos fueron comprados por los papás, pero otros por obsequios de ciudadanos franceses a iniciativa de Isabelle de Boves (piloto de la línea aérea Air France, sobrina de la religiosa Nicolle Villier, integrante de Las Hermanitas de Jesús, una congregación de religiosas contemplativas, con trabajo en la colonia); algunos eran nuevos y otros de uso. Fueron donaciones niño a niño e incluso de adulto a niño”, detalla.
Durante su corta y fructífera trayectoria la banda se ha presentado en conciertos en la colonia y en otros lugares dentro y fuera del estado.
Entre los más significativos están el de julio de 2013 porque tres melodías se hicieron en lenguaje de sordos, por la inclusión social.
Otro, recuerda el párroco, fue el que se ofreció en la explanada del Hospital de la Niñez Oaxaqueña, en 2016, durante la convalecencia de una niña integrante de la banda, Yanely; esta acción detonó sus consecutivas presentaciones en el área de oncología, donde mensualmente donan un concierto.
Los sentidos bien puestos
La escuela de iniciación musical dio un brinco y formó su taller de reparación y el mantenimiento de los instrumentos.
El padre Rentería recuerda que fue en julio de 2013 cuando los niños músicos recibieron la visita de la luthier francesa Mallory Ferreira quien les enseñó a dos jóvenes a dar el mantenimiento. “Su curso fue gratuito”.
Un año después el argentino Alejandro Raúl González (saxofonista en la orquesta del cantante Sandro de América y músico de estudio de Soda Estéreo) llegó hasta la Escuela “Santa Cecilia” a capacitar a los chicos en mantenimiento básico. Este maestro, también acudió en forma solidaria.
Patricia García, actualmente responsable del taller de reparación de instrumentos cursó los talleres de laudería de la Escuela de Iniciación Musical Santa Cecilia, obtuvo una beca para estudiar en Francia, para perfeccionar su técnica.
Maestro de la Orquesta

Camerino López Manzano, indígena zapoteco, de 34 años de edad, originario de Santa María Yaviche, perteneciente a Tanetze de Zaragoza es el director de la Escuela de Iniciación Musical.
“Ingresé al Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe, cuando tenía 12 años de edad; después fui a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca y luego al Conservatorio Nacional. He tenido cursos de dirección y ahora me dedico a enseñar a niños, niñas y jóvenes en la colonia (Vicente Guerrero), donde también vivo”.
“Hay mucho talento porque la mayoría se trasladó de pueblos y comunidades indígenas. Es como allá en la Sierra primero se aprenden las notas y después las letras. Es una satisfacción trabajar con los niños porque mi pasión es la música; qué bueno que los niños tengan este tipo de actividades frente a la ola de violencia que hay en la colonia”.
Altruismo internacional
A iniciativa de la piloto, Isabelle de Boves, la Fundación de la Empresa Air France (Fondation D’Enterprise Air France) contribuyó financieramente en un 75 por ciento en la construcción de la Escuela de Iniciación Musical “Santa Cecilia”. Y así, los niños tienen lugar reservado para que puedan tomar sus cursos de música.
También a convocatoria de Boves, amigos, vecinos, músicos, conservatorios, fabricantes y distribuidores franceses, regalaron instrumentos a los alumnos de la escuela que fueron transportados por la propia compañía francesa.

TIRADERO MUNICIPAL
La colonia Vicente Guerrero, del municipio conurbado de Villa de Zaachila, se localiza al sur de la capital, ahí viven unos 15 mil habitantes.
Está ubicada a la orilla del tiradero, donde depositan sus desechos 23 municipios, entre ellos la ciudad de Oaxaca de Juárez.
El basurero recibe diario 500 toneladas, de las cuales, 300 toneladas de desechos provienen de la capital.