- Soyla, una estudiante de 49 años que culmina la preparatoria en Oaxaca y se prepara para ingresar a la Facultad de Derecho, narra cómo su perseverancia la acercó nuevamente a las aulas
Mayra Ricárdez
OAXACA, Oax. “La educación cambia la vida de las personas”, testifica con su historia Soyla García Ruiz, quien a sus 52 años se encuentra en entrega de trabajos finales en la Preparatoria No. 2 de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) donde cursó los tres años de este nivel educativo; en el 2015 inició sus estudios de preparatoria porque su meta es estudiar una carrera y ahora encamina sus pasos a la Facultad de Derecho perteneciente a la misma casa de estudios, donde se especializará en el área Fiscal, anuncia.
“Los maestros hacen una gran diferencia en la vida de las personas –señala- son un puente indispensable, lo fundamental será igual que para el resto, no dejar de prepararme”, comentó.
En un horario de 8:00 a 3:00 de la tarde, todos los días Soyla hizo el tiempo en su vida adulta para acudir a la preparatoria, los primeros meses tuvo que acercarse a sus profesores –mucho más jóvenes que ella- para pedirles que le dieran un trato igualitario, explicó.
Respecto a trabajos y tareas aseguró que no fueran condescendientes para que ella pudiera lograr su meta, la única petición fue tener espacio en la primera fila pues a esta edad la vista y el oído comienzan a fallar y sus maestros han entendido y apoyado su meta actual.
Soyla estudió la escuela primaria en 1975 en Nochixtlán, región Mixteca, casi cuatro décadas después regresa formalmente a las aulas, ahora inspirada por el amor de sus dos hijos y cuatro nietos. Relató que cuando era niña tuvo que abandonar la escuela por razones económicas y porque se casó muy joven, pero nunca abandonó la idea de cultivar su mente.
“A veces -confiesa- es la familia quien menos cree en uno, pero este es de los casos de perseverancia educativa que demuestran que mientras haya vida, hay oportunidad”, concluyó.