Jorge Luis Plata
OAXACA, Oax. En Mazatlán Villa de Flores la celebración del día de Muertos no sólo dura dos días, además se le conoce como una fecha para recordar a los antepasados a quienes se adelantaron en el camino.
Según los abuelos la tradición comienza el día 28 de octubre, fecha en que se prende la primera luz (veladora blanca) y una flor blanca para dar la bienvenida a las animas solas, el día 29 de octubre se prende otra veladora y se coloca un vaso con agua dedicado a difuntos olvidados y desamparados.
El día 30 de octubre se prende una nueva veladora, se coloca otro vaso con agua y se pone un pan blanco, para los difuntos que se fueron sin comer o los que tuvieron algún accidente.
El 31 de octubre se prende otra veladora, se coloca otro vaso con agua, otro pan blanco, también se pone fruta; mandarina, naranja o guayaba para los ancestros, los bisabuelos.







El día 1 de noviembre, es el día de los muertos pequeños; chiquitos o niños, se pone en el altar toda la comida dulce, calabaza, guayaba, chocolate, miel, flores, se les hace un arco para que sus almas pasen, el 2 de noviembre es el día de los fieles difuntos o de los muertos grandes, se coloca toda la comida, cigarros, cervezas, las bebidas que el o la difunta disfrutaban en vida, también se coloca otro arco en el altar para que pasen.
El altar de muertos consta de dos arcos, uno de los pequeños y otro de los grandes, que representan el paso del más allá, con el más acá, se ponen flores, se quema incienso o copal de preferencia, los panes se ponen en los arcos como decoración.
Durante estos días acuden a velar toda noche, les llevan música tradicional de la población mazateca, para honrar la memoria de sus fieles difuntos, ellas y ellos recuerdan a quienes han partido, y desde la noche del 1 de noviembre limpiaron y adornaron las tumbas donde reposan los restos de sus seres queridos, los cientos de veladoras iluminaron las noches y dieron luz a las personas que velaron las almas de sus fieles difuntos.
El día 3 de noviembre se prende la última veladora blanca, se quema copal y se les despide a las y los difuntos pidiendo que vuelvan el siguiente año.